Actualmente, no entendemos nuestro día a día sin un cepillo de dientes (o al menos, no deberíamos). La limpieza bucodental es uno de los hábitos saludables imprescindibles en nuestra rutina. El cepillo de dientes lo hace todo más fácil, pero ¿cómo surge este instrumento exactamente?
Desde Clínica Dental Bajo queremos retroceder años atrás para conocer cuál es el origen y la historia de este utensilio sin el que hoy no sabríamos vivir. ¿O acaso has pensado alguna vez cómo mantendrías tu boca libre de bacterias sin el cepillo de dientes?
El cepillo de dientes de 1498
Nos trasladamos a China a finales del siglo XV, allí un emperador ideó el primer cepillo dental con cerdas de pelo de puerco salvaje y un mango de hueso. Posteriormente se utilizaba el pelo de otros animales como el cerdo, el caballo o el jabalí. Siempre provenientes de climas fríos, donde el pelaje era más duro.
En el siglo XVII los viajeros llevaron el cepillo de dientes primitivo hacia Europa. Allí se recibió como un artículo de lujo y solo era utilizado por la élite. El rudimentario palillo de dientes siguió siendo lo más utilizado por la gente, y quien utilizaba el cepillo, decidió cambiar las cerdas por la crin de caballo, ya que resultaba menos fuertes.
Inconvenientes del cepillo dental primitivo
Para empezar, se trataba de un artilugio hecho a mano, algo que no todo el mundo se podía permitir. En cuanto a la higiene, aunque podía cumplir su misión, bien es cierto que el deterioro de las cerdas animales podía ser contraproducente para la salud bucal.
Pierre Fauchard, considerado el padre de la Odontología Moderna, hizo la primera disertación detallada de un cepillo de dientes en 1723. En este proceso se demostró que el uso de pelo de caballo para la higiene dental no era efectiva. Por su parte, recomendó la limpieza de los dientes con esponjas naturales, recalcando la importancia de mantener una buena higiene.
A finales del siglo XIX se comenzó a universalizar el uso del cepillo dental en el mundo occidental. Su evolución, hasta la fecha, no solo ha conseguido su masiva comercialización. También se ha mejorado (y menos mal) los materiales con los que está hecho. El nylon, que es resistente, flexible y antibacterias, se presentó como la mejor opción.
Por suerte, hoy en día contamos con muchos avances para mantener nuestra boca limpia y sana.